Coproducida por el Teatro Victoria Eugenia y Morfeo Teatro, esta obra de Eugène Ionesco es una disparatada farsa en la que un joven llamado Jacobo, desencantado del mundo que le rodea, se niega a formar una familia. Sus padres intentarán dominar su desobediencia obligándole a casarse. Pero en su afán de rebeldía, Jacobo se niega a hacerlo a no ser que sea con la mujer más fea del mundo. Los padres contraatacarán presentándole a Roberta, una chica con tres narices, que terminará seduciéndole.
Ionesco, maestro del teatro del absurdo, pone a prueba al espectador con esta hiriente comedia y su burla rabiosa al conservadurismo, haciéndole escuchar a una sociedad consumista en la que importa más el encaje neoliberal -en el que las personas son medidas por su productividad- que la felicidad que consiguen. Su diálogo disparatado muestra lo absurdo de la vida cotidiana, la indefensión del ser humano ante una sociedad mundial que se ve atacada por populismos e ideologías reaccionarias y egoístas; proponiéndonos ser insumisos, rebelarnos, para no renunciar a nuestros principios, para no caer en la sumisión.
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La sumisión (y el porvenir está en los huevos), Morfeo Teatro
