En 1997, el legendario festival de música de Lockenhaus fue testigo de una revolución cuando el violinista Gidon Kremer presentó su nueva orquesta: Kremerata Baltica. Formada por 23 jóvenes músicos de Letonia, Lituania y Estonia, Kremerata Baltica conquistó al público de inmediato, por la exuberancia, la energía y la alegría de sus interpretaciones.
Gidon Kremer funda Kremerata Baltica, un proyecto educativo con visión a largo plazo, como una forma de transmitir su experiencia a jóvenes colegas de los estados bálticos. Una parte esencial de la personalidad artística del grupo es su acercamiento creativo a la programación, que en ocasiones va más allá de lo convencional. Buena muestra de ello es el programa confeccionado para esta noche: la pasión de las Cuatro Estaciones Porteñas de Piazzolla, música altamente descriptiva del paso de las estaciones de Buenos Aires, dará paso a la solemnidad del repertorio ruso. Raskatov, Lobota y Silvestrov, compositores vivos todos ellos, complementan la grandiosa Cuadros de una exposición de Mussorgsky, un ejemplo perfecto de la unión de música y arte pictórico.
Las imágenes de Maxim Kantor acompañarán la música de parte del programa. En palabras del artista ruso, “… es ciertamente un reto combinar un arte que se desarrolla en el tiempo con otra disciplina artística fuera de los parámetros temporales. Johann Goethe, Arthur Rimbaud y Vasili Kandinsky atribuían un color a cada sonido, y Platón decía que toda emanación del espíritu tiene un origen común. A pesar de la diferencia de materiales y técnicas, el sonido del arco y el roce de la brocha expresan lo mismo: el dolor por los eventos que estamos sufriendo”. La unión de música y pintura se presenta como un símbolo de la resistencia y de la unidad de los diferentes lenguajes artísticos, en solidaridad con aquellos que están sufriendo.
Kursal
Kremerata Baltica
Gidon Kremer, director
Maxim Kantor, imágenes
Lunes, 18 de mayo 20:00
46 / 37 / 30 / 24 / 12 €